Grandes (y pequeñísimos) momentos de Protagonistas de la fama
Ballero y compañía presentan sus aciertos y desastres
Domingo 6 de abril de 2003

Los tres meses en el encierro se encargarían de mostrar a los Protagonistas de la fama al desnudo en innumerables ocasiones.

Óscar ya nos mintiò una vez, dijo Gerardo sobre su entrañable amigo en la casa-estudio.

Que nadie te toque, fue la tràgica advertencia de Jorge a Aline antes de salir.

Óscar fue el único que se alteró en los Cara a cara. Le pegó un palmazo a Jorge.

A tres meses de iniciado el reality show de Canal 13 y a punto de terminar, entregamos un balance de trivialidades y estadísticas del programa más polémico y llamativo de los últimos tiempos.

Uno por uno

El más chambón: Chicho, que el 31 de marzo dijo: No voy a estar ventilando mis cosas pa que las sepan 14 millones de huevones. Días después sería sacado del programa por parte de esos 14 millones.

Pañales para Munster: El 6 de enero se vio a Renato Munster tratando de calmar a los muchachos durante un fuerte temblor. Mirando a los focos y retrocediendo hacia la puerta de salida, el actor repetía, pálido: calmaditos, calmaditos.

El más imitado: Sergio Lagos. Llega a ser irritante la afectada manera en que el conductor modula en Canal 13.

El más picante: Chicho. Sus compañeras denunciaron el 3 de marzo que no se lava las manos después de hacer sus necesidades y dos días después Ballero lo acusó de sonarse en el lavamanos.

El más termocéfalo: Óscar fue el único que se alteró en los Cara a cara. Le llegó a pegar a Jorge un palmazo en la frente.

La más garabatera: Aline. Boquita de monja.

Los más llorones: Óscar y Janis.

La más matea: Catalina (5 veces mejor calificada en las pruebas de actuación).

Los amigos del alma: es cobarde, es un pendejo de mierda, tiene 25 años y no tiene pantalones (Óscar refiriéndose a Chicho, su yunta en el cautiverio, el 31 de marzo).

Óscar ya nos mintió una vez. Si fue capaz de negar a alguien de su propia sangre, de él se puede esperar cualquier cosa (Gerardo, a solas con la cámara, el mismo día).

El más trágico: Jorge. Al salir de la casa, el 4 de marzo, le advirtió a Aline: Que nadie te toque.

El camaleón: Francisco aseguró que nunca se ha puesto de acuerdo con Cata para los Cara a cara. Dos días después, el 28 de febrero, le preguntaba al oído: ¿por quién vamos votar esta semana, mi amor?

Postales para olvidar Lo más insoportable: los tics de Óscar (incluyen brazos, cuello y lengua), la baba de Chicho despegándose de sus labios como estalactitas de una caverna, el ruido que hacía Álvaro cuando comía y la publicidad abrumadora. Nuevos términos legados por el programa: Jotear, rancio, brígido, perro, me tiré. El conato de agresión: Casi se van a las manos Gerardo y Jorge el 27 de enero. Y todo por unos platos sucios. El mejor diálogo (1 de abril) -Ballero: Lo único que quiero es estar con ella. -Aline: ¿con quién? -Ballero: Con la Cata, poh. -Aline: Es que un rato hablái de una y después de otra. -Ballero: Ah, sí. Con la Janis también quiero estar... Lo más feo -Es súper bueno que el Óscar se vaya, porque es el más talentoso (Janis, el 7 de febrero). -Ni Jorge ni Aline se despiden de Juan Ignacio cuando se va de la casa-estudio por segunda vez, el 25 de febrero. -Cuando el 26 de marzo Elizabeth quedó amenazada por actuación, todos abrazaron a Aline, que estaba muerta de miedo. Lo más patético: -En el lanzamiento del programa, Fabrizio escalando los techos de Canal 13 con una bandera de Porto Bahía y el logo de Canal 13 estampado en su cabeza (6 de enero). -Carlalí lanzándose a una pileta del canal con ropa con tal de ganar votos para el repechaje (7 de febrero). -Ballero, necesitado de votos del público: No es por dar lástima, pero mi papá está súper mal económicamente (31 de marzo). Salvados por la campana: En las 12 votaciones telefónicas, cinco veces se impusieron los amenazados por talento (¡Ballero en tres oportunidades!) y en siete ocasiones fueron salvados por el público los amenazados por convivencia (Jorge, Elizabeth y Aline dos veces cada uno). Dos patearon a sus parejas por pantalla, inaugurando una nueva modalidad en la materia: Consuelo, la primera semana, y Álvaro, al acosar descaradamente a Catalina apenas se fueron del programa Francisco y Janis. Las caídas del Canal 13 Los indicios de que el encierro ni la espontaneidad eran tales: -Óscar confesando lo de su hijo (lo hizo sólo después de que la noticia explotó afuera). -Los libros empezaron a aparecer justo después de que empezaran las primeras críticas acerca de que no leían nada. -En uno de los Cara a cara de marzo ninguno de los amenazados fue un hombre, siendo que Óscar y Ballero pasaban por el momento más bajo de su relación (había un exceso de mujeres y eso alteraba los planes del programa). -El 1 de abril Cata le escribía una carta a Ballero. Y el generador de caracteres iba contando lo que decía. El gran error del casting: nadie detectó el problema que tenía Francesca para pronunciar la r (le salía como g). En la sala de clases La mansawoman: Los desplazamientos de la voluptuosa María Alberó, la primera instructora de gimnasia que tuvieron los muchachos, desconcentraron más de una vez a sus libidinosos alumnos varones. Vade retro, Angelito: el energético Ángel Torres también perturbó a sus pupilas. Hasta la religiosísima Catalina Bono llegó a comentar en voz alta en una ocasión (29 de enero): ese negro debe ser seco pa la cama.... Al maestro con cariño: el fonoaudiólogo Ricardo Álvarez (maestro y socio de Myriam Hernández) estuvo a cargo de mejorar la dicción de los chicos. Aunque en un principio todos encontraban una lata su clase, fue con el que más se encariñaron, al punto que lo despidieron en medio de un mar de lágrimas. En el recreo Los mejores apodos: El ceja de gaviota (a Juan José) y Don Gualo (a Chicho). Ambos, autoría del siniestro Álvaro Ballero. Manga de pelusones: Un día Ballero le arrojó por la cabeza a Francesca una cubeta llena de cubos de hielo y bebida, mientras ella se duchaba. Y hace poco reventó un par de huevos crudos en la cabeza de su amada Cata. Chicho y Óscar no se quedaron atrás y, presos de un ocio terminal, le anudaron toda su ropa a la misma Cata.